Voy a empezar a masticar con la boca abierta. Y a cruzar la calle sin mirar a los dos lados. También me voy a bañar con tierra hasta que mi higiene se vuelva suciedad. Y usaré shorts en invierno y una chamarra para ir a nadar.
Voy a empezar a hacer las cosas al revés. Veré películas empezando por su final y dormiré de pie con los ojos abiertos apenas salga el sol por las mañanas.
Quiero caminar en reversa por las calles de esta ciudad, con la espalda al frente y los ojos cerrados esperando a que el semáforo se ponga en rojo para cruzar.
Los viernes tomaré leche en copas de cristal y en las mañanas le echaré vino a mi cereal.
Voy a odiar a mis amigos y alabar al enemigo que desea lo peor para mí. Quiero vivir en el contrario de lo que un día fui.
Le rezaré a satanás… y quemaré gasolina porque me gusta ver las llamas bailar pero sobre todo para que el planeta perezca. Nada me va a importar.
Voy a empezar a hacer las cosas al revés; a vivir en el antónimo de lo que un día fui. Y ahí, en ese mundo de cabeza en el que cada célula se vuelve su inversa, quizás mi corazón por fin decida olvidarte en vez de recordarte.
